El nuevo Cherokee impresiona por su porte, con motores nafteros o Diesel y

Es indiscutible que el nuevo Jeep Cherokee posee una imagen imponente, estilo norteamericano, aunque sea un vehículo apenas más corto y más bajo, pero más ancho que en la generación anterior. Ahí está la clave de esta sensación de robustez, ya que su carrocería está algo más pegada al piso y, además, el frontal impacta con el conjunto de faros con contornos rectos sumados al importante pack que forman el paragolpes y el spoiler. Tiene mucho del Dodge Nitro, que no se vende en nuestro mercado pero con el que comparte plataforma. El paragolpe se extiende varios centímetros más allá de la parrilla, en sintonía con la línea del nuevo Jeep Wrangler. Más allá de eso, mantiene un buen ángulo de ataque de 38,2° gracias a su corto voladizo delantero (lo mismo pasa atrás). En la parte trasera, los cambios también son notorios, con un portón que cae recto (similar al Land Rover Discovery 3), que ya no porta el neumático de auxilio (ahora está debajo del vehículo) y sí tiene apertura independiente de la luneta. Todo de manera vertical.

Soluciones de habitabilidad le permiten ahora ofrecer un espacio mayor en su interior, ya sea para los pasajeros como para la carga. También creció en cuanto a calidad de equipamiento, con flamante climatizador automático con filtro de partículas y sistema de sonido con AM-FM, CD y MP3.

Por el lado de los motores, se mentienen el 2.8 litros Turbodiésel de 177 CV con un torque de 46 kgm (caja automática de 5 marchas) y el 3.7 litros naftero V6 de 205 CV y 31,5 kgm de torque (caja automática de 4 velocidades).

En cuanto a equipamiento, Jeep sostiene la diferenciación entre Sport y Limited. Los precios son los siguientes: Cherokee Sport TD 2.8 lts. (US$ 49.200), Cherokee Sport 3.7 lts. (US$ 40.956) y Limited 3.7 lts. (US$ 43.500).